¡Buenos DÍAS, buenas TARDES o buenas NOCHES!

Soy Etel Sanz, corredora aficionada del trail running de Alcalà de Xivert. Formo parte del club Orpesa Corre. Además de correr por montaña, me gusta pasar tiempo encima de la bici de carretera y cada vez más. Aquí te traigo una pequeña crónica de la CURSA PER MUNTANYA DE CATÍ.

Siguiendo con las carreras de la Lliga Nord, la tercera tenía lugar en Catí el sábado 4 de junio a las 20h con 20,5 km y +1.100 m por delante. La última edición que se hizo, en el 2019, participé en la corta y me quedé con ganas de más, así que este año no se me iba a pasar. Es una carrera con edición nocturna, aunque para los más rápidos no necesitaron frontal.

Tras hacer el Camino de Santiago en abril y con un mes de entrenamientos enfocados a esta carrera, tenía muchas ganas de ponerme el dorsal y correrla, pero no fue tan bonito como en mi mente estaba planeado.

Al ser nocturna cambió mi rutina de nutrición, ya que las carreras suelen ser por la mañana y ya conozco qué le sienta bien a mi cuerpo y qué no. Lo adapté hablado con mi entrenador, Alexis Moya, y no hubo problema.

Juagamos con el inconveniente de la humedad. En tan solo 2 km ya estábamos empapados de sudor, pero en los puntos más alto de carrera hacía un aire fresco que no ayudaba mucho (pequeños escalofríos).

Cuando dieron el pistoletazo de salida los nervios me invadieron. Me sentía tensa y con nervios. Pensaba que con el tiempo se me pasaría, pero no. Hasta llegar a meta estuvieron presentes.

Los primeros 9 km predominaba la subida acumulando ya +750 m del desnivel total de la carrera. Durante estos km me pasaron por la mente muchas cosas:

Mis piernas no podían más. Tenía una sobrecarga importante en gemelos e isquios. Era como andar con bloques de hormigón. Pensaba que en las bajadas me relajaría un poco y podría correr, pero me ponía más tensa, hasta que llegué al km 15 que me dejé llevar y fueron los km que más disfruté.

¿Qué pasó en mi cabeza al notar mis piernas así? Mi mente empezó a decir “no puedes más”, “para”… No fue fácil seguir con este diálogo interno, pero por detrás apareció un ángel, Kili, un compi de Oropesa que estuvimos corriendo juntos hasta llegar al pueblo.

Mientras estaba subiendo, mi mente intentaba buscar las razones por las cuales mi estado físico y mental estaban tocando fondo. Posiblemente no era el momento, pero mi cabeza lo necesitaba. Aquí te dejo mis contextos los cuales seguro que se parecen a los tuyos.

La cantidad de trabajo que llevo a cabo en mi día a día y con ello el nivel de autoexigencia que me marco.

El contexto familiar y amigos, los cuales me gustaría que estuvieran más presentes, pero por la falta de tiempo y localización no lo están.

La carga de entrenamientos. Un corredor difruta de sus entrenes porque quiere conseguir unos objetivos y está haciendo algo que le gusta, pero eso no quita que esté cansado al finalizar el día.

Ser consciente de mi patología: TCA. Es la primera vez que lo digo en público. Tengo Trastorno de Conducta Alimentaria desde hace 3 años, pero diagnosticado desde noviembre de 2021. Mi TCA está enfocado a la autoexigencia, es decir, cuando esta predomina, mi mente se bloquea y pasa totalmente a la indulgencia (me da todo igual y tengo atracones). Para ello es necesario trabajar el autocontrol, EL EQUILIBRIO. Por ello, esta carrera se la dediqué a mi equilibrio mental porque gracias a mi trabajo y a la terapia con mi psicóloga cada día tengo más controlada mi patología.

(3 CONSEJOS de mi propia experiencia: acude a un profesional, date todo el tiempo que necesites y no te sientas culpable)

Por ello, cuando algo sale como yo no esperaba analizo si he sido consciente de mi contexto y luego pienso “ES NORMAL, SOY HUMANA”. Así que no te machaques por si algo se te va de las manos. Si de verdad lo estás trabajando y lo haces con ilusión, con el tiempo tendrás unos grandes resultados.

¿Volveré a Catí a correr la distancia larga? Por supuesto que sí e intentar bajar el tiempo. Ahora ya sé dónde tengo que guardar y donde puedo apretar.

Gracias por esta oportunidad a Carreras Castellón y nos vemos en la montaña.

Etel Sanz